Desde
Trescares, por una carretera comarcal de un par de kilómetros, accedemos a Cáraves. Desde esa subida, tendremos unas vistas privilegiadas que nos permiten ver
Trescares completamente desde las alturas. Una vez en Cáraves, observamos el pueblo dividido en dos partes. Una de ellas, la de la derecha según llegamos, tiene las dos construcciones que nos pueden llamar la atención de la localidad. Por un lado, la Iglesia Parroquial de Santa María de Cáraves, conserva una pequeña estancia que hoy funciona como sacristía y que probablemente pertenezca a la época romana. A través de un arco aledaño, podemos observar la parte de Cáraves que hemos dejado a la izquierda. Lo que nos puede chocar en Cáraves, es el total deterioro de la otra edificación importante de la localidad. De esta forma, la Capilla de San Emeterio de Cáraves está prácticamente derruida. Destacamos que se trata de una capilla de cuidada construcción y bellos frescos de los que hoy apenas quedan restos. Tanto es así, que cuando nos acercamos a la misma, nos encontramos un perro atado a sus ruinas. Increíble, pero cierto.